La llamada Neuralgia del Trigémino es una patología que se caracteriza por episodios de dolor facial de un solo lado de la cara, de aparición repentina, de segundos a minutos de duración, muy intensos, descriptos principalmente como sensación de descarga eléctrica.
Pueden ser gatillados por estímulos inocuos como comer, cepillarse los dientes o incluso por el contacto con una leve brisa de aire. Estos episodios pueden repetirse varias veces en el día. A veces, el dolor se acompaña de un espasmo de la cara, conocido más elegantemente como “tic doloroso”, término utilizado con anterioridad para denominar a la neuralgia.
El nervio trigémino es el encargado de transmitir la sensibilidad de la cara y se divide en tres ramas: una superior u oftálmica, una media o maxilar y la inferior o mandibular. Estos nombres nos ubican en dónde puede aparecer el dolor. Lo más común es que se afecten las dos últimas, tanto individual como en conjunto. Debido a esto, muchas veces se confunde la afección con dolores dentarios.
Suele aparecer en la etapa media de la vida, con un poco más de frecuencia en las mujeres que en los hombres. Puede ocurrir en forma de brotes que duran semanas a meses con periodos de remisión (es decir, ausencia del dolor). A veces, los episodios de dolor cortos o “paroxísticos” pueden acompañarse de un dolor basal (o continuo) en el territorio afectado.
La neuralgia del trigémino logra afectar enormemente la calidad de vida. Los que la sufren tienen un mayor riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad o depresión, sobre todo si no está diagnosticada y tratada. Además, produce limitaciones en aspectos simples de la vida diaria como no poder comer o hidratarse adecuadamente, no poder hablar o realizar una adecuada higiene dental, entre otros.
Ante la aparición de estos síntomas, el médico realizará además de un interrogatorio exhaustivo y un examen físico completo, estudios complementarios como resonancia magnética de cerebro.
En base a todo esto, se podrá diferenciar si es una neuralgia del trigémino denominada “clásica” debido a una compresión neuro-vascular del nervio, si es “secundaria” a una enfermedad específica como, por ejemplo, la Esclerosis múltiple o si es “idiopática” es decir, sin ninguna alteración subyacente que la justifique.
Los tratamientos incluyen fármacos, principalmente anticonvulsivantes, en la mayoría de los casos con muy buena respuesta. Sin embargo, en algunas personas puede ser necesario recurrir a procedimientos intervencionistas o cirugía.
AUTORA:
M.N.: 15.563 - Reg. Esp. 34/0112
Neuróloga con especial dedicación a las cefaleas y algias faciales.
Pertenece al Grupo de Trabajo de Cefaleas de la Sociedad Neurológica Argentina.
Comments