La migraña es una enfermedad neurológica crónica de origen genético que ocurre en el 12% de los argentinos. Esta enfermedad se caracteriza por episodios de dolor de cabeza asociado a múltiples síntomas acompañantes que varían entre personas y mismo entre las distintas crisis de una misma persona.
Es 3 veces más frecuente en la mujer que en el hombre. La edad de inicio típica es alrededor de los 30 años, aunque puede aparecer ya en la niñez. Es raro el inicio luego de los 50 años, aunque es posible también.
El dolor en la migraña se caracteriza por ser frecuentemente en la mitad de la cabeza, tener una sensación de latidos, empeorar con el movimiento y ser severo e incapacitante (si no se lo trata rápidamente). Se acompaña de múltiples síntomas, entre los más frecuentes están la sensibilidad a la luz y el sonido, las nauseas y los vómitos.
Existen varios tipos, con y sin aura, crónica, vestibular, hemipléjica, entre otras.
Según un estudio, 7 de cada 10 pacientes consideran que la migraña impacta en el cuidado de sus hijos y afecta negativamente su calidad de vida.
Algunos puntos de su historia:
La migraña tiene descripciones históricas que se remontan a miles de años atrás.
Hipócrates la detalló como una enfermedad grave, relacionándola con fiebre, náuseas, vómitos y otros síntomas.
Galeno de Pérgamo, en la antigua Roma, también describió la migraña y creía que el dolor se debía a la acumulación de vapores en la cabeza.
Síntomas de la Migraña
No se dispone de ninguna prueba de laboratorio que sea útil para el diagnóstico de la migraña, aunque, debido a su patrón específico del dolor, suele resultar fácil identificarla.
Alrededor del 20 por ciento de las personas manifiestan síntomas de depresión, irritabilidad, inquietud, náuseas o falta de apetito, que aparecen unos 10 o 30 minutos antes de iniciarse el dolor de cabeza (período denominado aura o pródromo).
Un porcentaje similar de personas pierde la visión en un área específica (denominado punto ciego o escotoma), o perciben luces dispersas o centelleantes; con menos frecuencia sufren una distorsión de las imágenes, como, por ejemplo, cuando los objetos parecen más pequeños o más grandes de lo que en realidad son.
Algunas personas experimentan sensaciones de hormigueo o, con menor frecuencia, debilidad en un brazo o pierna. Es habitual que estos síntomas desaparezcan poco antes de iniciarse la cefalea, pero a veces se mezclan con el dolor.
Comments